"Los países serios no le temen a la voluntad popular. Dejan que se exprese" Guido Leonardo Croxatto
¡Abran la plaza San Martín!
El diario fujimorista “La Razón” celebrando la inhabilitación de Martín Vizcarra.
Hay presupuestos mínimos para que una inhabilitación sea legítima y en el caso de Martín Vizcarra no se cumplen. En ningún país democrático de América Latina se permite que los congresos “inhabiliten” por décadas a figuras de la oposición. Esa barrabasada sucede solo en Perú y tal vez también en Venezuela y Nicaragua. En la mayoría de los países el Congreso no tiene “función punitiva”. A lo sumo puede quitar los fueros de sus legisladores, para que la justicia investigue. Pero no puede inhabilitar sin condena formal. En Argentina un caso parecido se resolvió restituyendo al diputado en su banca. El excomisario Luis Patti, procesado por delitos graves de lesa humanidad, fue votado para diputado en 2007. Pese a la gravedad de las acusaciones en su contra (secuestro, torturas, desapariciones forzadas) ganó las elecciones.
El Congreso rechazó su ingreso por “inhabilidad moral” (todos coincidimos con esa apreciación moral). Pero la Corte Suprema argentina pensó distinto, y es (o era aquella) una corte de reconocido compromiso con los derechos humanos y le dio la razón a Patti: debían dejarlo asumir como congresista. No se trata tanto de Patti (que no goza de simpatía entre los defensores de derechos), como de la voluntad ciudadana que lo eligió.
Lo mismo sucede con Martín Vizcarra. No se trata tanto de Vizcarra, como de la cantidad de gente que lo elige y lo sigue eligiendo pese a la infantil prohibición de que aparezca su nombre en las encuestas. (A Perón también lo proscribieron, se tuvo que exiliar en Madrid y no se podía ni decir su nombre, lo cual no evitó que ganara tiempo más tarde). No hay que tenerle miedo al veredicto de las urnas. Si la gente quiere votar a Vizcarra, lo mejor y más sano para un país y para una democracia es que pueda hacerlo. Lo contrario es empezar a recorrer el camino gris de cualquier dictadura, que reprime la protesta y censura opositores. En Venezuela también se inhabilitan opositores. Eso hace que se busquen candidatos “testimoniales”. Que la gente deba votar a Mario Vizcarra, hermano del expresidente (o a Corina Machado en Venezuela), parece un recurso de emergencia que no se debería naturalizar. Lo ideal es que la gente vote con libertad. Sin que desde un Congreso sin autoridad moral, rechazado por el 90 % de los peruanos, se le diga encima a quién pueden votar y a quién no. Eso es una incoherencia ética y jurídica. Pero no es la única. Hay más.
Desbloquea esta y más noticias exclusivas.
Suscríbete ahora para obtener acceso ilimitado.
|
EDICIÓN 752, NÚMERO 16
|
|
Suscribirme ahora
|