El plan del gobierno es potenciar los equipos de espionaje digital marca Cellebrite que compró la DINI durante la gestión de Castillo.

El gobierno de Dina Boluarte ha decidido andar al límite de la legalidad. Buena parte de los S/ 30 millones que el régimen transfirió la semana pasada a la DINI, con la coartada de la “lucha contra la delincuencia y el crimen organizado”, se gastará en equipos de interceptación de las comunicaciones y en ampliar la “planilla negra”.

Este semanario ha podido conocer a través de fuentes de la DINI que Boluarte ha ordenado al jefe de la institución, el contralmirante (r) Luis García Barrionuevo, reportarle los movimientos de las personas que quieren “desestabilizar” a su gobierno. El dinero –los 30 millones– ya está en las cuentas de la DINI. Y son una papa caliente. Por increíble que parezca, nadie quiere hacerse cargo oficialmente de la plata.