Reportaje

La cruz de San Marcos

JULIO ROSPIGLIOSI
La rectora Jeri Ramón insiste en emplear matones para controlar la universidad decana de América. Cada día se parece más a Boluarte.

“Lo que quieren es controlar a los movimientos estudiantiles”, reclama Sandra Rabello, secretaria subgeneral y de organización del Centro Federado de Sociales. (Foto: César Zamalloa/H13)

“Lo que quieren es controlar los movimientos estudiantiles”, dice Sandra Rabello, miembro del Centro Federado de Sociales de la Universidad San Marcos. Los alumnos denuncian que la rectora Jeri Ramón quiere ejercer el control de las elecciones de los gremios de estudiantes y así acentuar su poder. La injerencia de la rectora ha gatillado las protestas en la casa de estudios.

Han tratado de “agotar todas las vías” antes de llegar a las protestas, explica un alumno. La alerta se encendió en diciembre pasado, en plenas fiestas de fin de año, cuando Jeri Ramón publicó una resolución que modificó el artículo 188 del estatuto. El texto proponía que el Comité Electoral de la universidad debía intervenir en las elecciones de los Centros Federados y las Escuelas Profesionales, instancias de representación estudiantil que se forman al margen de las autoridades.

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