Ludith Orellana, hermana y mano derecha de Rodolfo Orellana. Gracias a las leyes promulgadas desde el Congreso fue “absuelta” por la Corte Suprema.

“¿Cómo es posible que con tantas pruebas, juicios y fallos los vayan a absolver? ¡Es como si no hubiesen hecho nada! ¿Y nuestros terrenos? ¿Y nuestro dinero?”. Raquel Delgado Angulo tiene 72 años. Camina con dificultad. Desde hace más de una década acude a los tribunales en busca de justicia. El último lunes se enteró por la radio de que la Corte Suprema había decidido anular la condena contra 10 miembros de la red Orellana. Sintió tanta angustia que pensó que le daría un infarto.

“La red Orellana mandó a tomar fotos a mi casa, me persiguieron, inclusive se presentó un sujeto a ofrecerme dinero para que no me presente en los juicios (…) Esta decisión judicial nos va a perjudicar. No es justo lo que ha hecho este Congreso corrupto”, se lamenta Delgado.