INFORME

Historia de Hamás

Elia Y. Diz
El movimiento islamista que se hizo fuerte en Gaza recibió financiamiento directo de Israel cuando se trataba de erosionar la imagen de la Autoridad Palestina

“Israel y Hamás no pueden convivir, pero tampoco pueden existir el uno sin el otro”, resumió el politólogo Aaron David Miller al “The Washington Post”.

Hamás nació hace 35 años en un campo de refugiados gazatí. Acababa de empezar la Primera Intifada. Israel, en el afán de poner contra las cuerdas a Yasser Arafat y a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), apostó por dividir a la población financiando a aquel grupo islámico que acababa de aparecer en escena. Hoy es la coartada para el genocidio del pueblo palestino. “Israel y Hamás no pueden convivir, pero tampoco pueden existir el uno sin el otro”, resumió el politólogo Aaron David Miller al “The Washington Post” el 2014.

Algunos años más tarde el propio Netanyahu confirmó la tesis del politólogo. “Aquel que quiera evitar el establecimiento de un Estado palestino tiene que apoyar el crecimiento y financiar a Hamás”, dijo Benjamín Netanyahu en el 2019 durante una reunión de su partido, el Likud.

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