INFORME

La Resistencia

Américo Zambrano
Bajo el liderazgo de Janet Tello, el Poder Judicial mantiene su rebeldía y se niega a aplicar las leyes pro crimen dadas por el Congreso de la coalición mafiosa que gobierna el país. Eso no sucede, fatalmente, en la Fiscalía.

La presidenta del Poder Judicial, Janet Tello, se ha enfrentado públicamente al Congreso y al gobierno. La Junta Nacional de Justicia (JNJ) evalúa su posible suspensión del cargo. Será un escándalo internacional (FOTO: Joel Durán / H13).

Como los brazos de una tenaza bien sincronizada, el gobierno y el Congreso de la República han estrechado su cerco para asfixiar al Ministerio Público y al Poder Judicial. Su meta es clara: intimidar a los fiscales y jueces que se atreven a desafiar las leyes pro-criminalidad impulsadas por el Parlamento.

Esta ofensiva se ejecuta de manera coordinada: mientras el Ejecutivo recorta progresivamente el presupuesto esencial para que las instituciones de justicia puedan desempeñar sus funciones de investigación y sanción del delito, los grupos que controlan el Congreso promueven una serie de proyectos de ley diseñados para amedrentar a los magistrados por sus decisiones judiciales.

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