LAPidado

Haciendo el ridículo, como siempre, Dina Boluarte jactándose el día de la inauguración.
El aeropuerto, el nuevo, es un problemón desde el aire o por tierra. El sistema de abastecimiento de combustible de aviones es obsoleto, las rampas donde estacionan los aviones para embarque y desembarque de pasajeros son más pequeñas que en el viejo Jorge Chávez, las oficinas administrativas son ratoneras, los sistemas electrónicos no funcionan correctamente y hasta los puentes que se han instalado para acceder a las instalaciones incumplen las normas de seguridad. Los especialistas anuncian peligrosas aglomeraciones en temporada alta.
“El diseño del aeropuerto es de mala calidad. Es una caja que podría ser un almacén y que se ha tratado de corregir con decoraciones internas (…). Se supone que en este nuevo aeropuerto hemos pasado de 90 mil metros cuadrados a 270 mil, pero no se entiende a dónde se ha ido esa ampliación (…). Las áreas para pasajeros se ven más pequeñas y angostas”, dice Lourdes Giusti, decana del Colegio de Arquitectos del Perú.
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EDICIÓN 736, NÚMERO 16
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