Consecuencias del bombardeo israelí contra Ciudad de Gaza, este 29 de octubre, en el Hospital Al-Shifa, donde las familias de las víctimas se reunieron para identificar los cuerpos. (FOTO: Saeed Jaras/@said.m.jaras/Anadolu)

Cuando los reflectores se apagan, Israel sigue matando impunemente en Gaza. Este martes 28 de octubre, al promediar las 6 de la tarde, Netanyahu anunció que acababa de ordenar atacarla “con fuerza y de inmediato”. El silbido del primer misil sorprendió a la familia Al-Banna, en su casa de Ciudad de Gaza. No tuvieron tiempo de huir.

“Estábamos en casa, leyendo las amenazas de Netanyahu, cuando nos bombardearon. El techo colapsó sobre nuestras cabezas”, cuenta un hombre ensangrentado al periodista gazatí Mohamed Aljabary. “Los vecinos de inmediato corrieron a desenterrarnos. ¡Dios mío! ¡Mi mujer, mis hijas, hijos, mi suegro! (…) Dos de mis hijos están siendo tratados en este momento”, dice el hombre, sentado sobre el armazón metálico de una camilla.