Andrés Hurtado Grados, conocido desde el tiempo de las suites de Barranco como “Chibolín”, también se deschava y apuesta “por la democracia”.

La campaña mediática para triturar la candidatura de Pedro Castillo arrancó al día siguiente de la primera vuelta. Se trata de repetir “la gesta” fallida del 2011, cuando el objetivo fue demoler a Ollanta Humala. Para ello, los canales de televisión, la prensa escrita concentrada, radios y redes sociales han intensificado la ofensiva subrayando cada uno de los nada infrecuentes errores del candidato de Perú Libre mientras que, al mismo tiempo, borran de sus contenidos cualquier nota que recuerde el carácter antidemocrático de Keiko Fujimori, la candidata acusada formalmente de lavar más de 12 millones de dólares que le entregaron algunos de los empresarios más poderosos del país durante los últimos 10 años.  

Encabeza el operativo mediático el Grupo El Comercio, cuyos diarios acaparan los quioscos todas las mañanas. A los diarios de los Miró Quesada los secundan las barras bravas del fujimorismo, desde “Willax” hasta “La Razón”, pasando por la red del trolismo naranja.