Montaje en torno a una tragedia

Matanza espantosa ocurrida con extraños perfiles y vertiginosamente atribuida por militares, policías y prensa fujimorista al narcoterrorismo remanente de Sendero.
En el pueblo de San Miguel del Ene, en el corazón del VRAEM, escenario de la masacre que se saldó con 16 muertos, los pobladores creen que la versión oficial del Ejército y de la Dircote apunta en la dirección equivocada. Acostumbrados a lidiar con las columnas senderistas de los Quispe Palomino, los dirigentes comunales y las autoridades locales entrevistadas para este reportaje aseguran que la matanza no guarda relación con el modus operandi de la organización narcosenderista.
“Parece que no se trata de Sendero porque un golpe de esa magnitud la gente de aquí no lo va a aceptar. Sería una declaración de guerra. Sería como darse un tiro a los pies porque la gente se organizaría en todo Vizcatán e iría contra ellos, especialmente por las niñas a las que quemaron”, explica un integrante del comité de autodefensa que llegó a San Miguel del Ene la misma madrugada del crimen. Por motivos de seguridad, el hombre, de 56 años, pide que lo identifiquemos con el seudónimo de “Chirampari”.
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EDICIÓN 541, NÚMERO 12
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